"Vive otros mundos"

Porque un suspiro en versos basta… un adiós, un te amo, un abismo, una penumbra; basta una palabra para adentrarse en otros Mundos.
“Mira a través de mis ojos y descubre mi perspectiva”

sábado, 19 de junio de 2010

Así es mía, ella

Y de todos eres mi preferido, Caoba Hondureño te elijo.
Tus semillas recitan el sortilegio hacia mi edén de ensueño;
danzan el enigma en mi rostro, giran y giran con el céfiro.
Relegas la urbe mientras atenúas el esqueleto de mi cuerpo.
Ya no coexisto, solo existe mi esencia plena. ¡Qué sosiego!

Así es ella, como el Caoba Hondureño.

Así es ella, como una noche de aguacero.

Desde el éter raudas gotas velan celosamente el ambiente;
a cada planta miman y con primor el esplendor le inspiran.
Depuran lo pusilánime que la lobreguez esconde sin vida,
y atemperando la acrópolis suscitan aromas de gratitud divina.
En un todo son aguaceros que en las penumbras me purifican.

Firme elemento que das vida sostenme con savia, tierra mía.
Matriz de mis pasos por ti forjé lo que en mis sueños idealicé
y te pido, únete a mis desplomes, fuerte en cada golpe.
Compañera, camino; tu seguridad embelesa cada miedo caído,
nutriendo de verano, cada grano en ti se vuelve más humanitario.

Así es ella, como la tierra que da vida.

Así es ella, como el ávido deseo.

Un fogoso escalofrío acaricia con cosquillas mi monte de Venus,
esas vehementes ganas me afanan al observar tu sublime cuerpo:
caudalosos tus cabellos, tan diáfanos ojos exponen tus adentros,
tus pezones punzantes seducen mi boca, incitante es tu cuello,
y tus piernas son los senderos al cáliz que alimentan el ávido deseo.

Cual sinfonía de sirena cada nota cautiva y de ilusiones maravilla,
bendecida voz a los querubes emboza, a los mortales levita;
el casto arte por pocos trabajado en ti fue infundido y otorgado.
De un regocijo se sienten mis oídos con el ímpetu de tu espíritu,
siempre acompañado desde el empíreo por coros divinos.

Así es ella, como una sinfonía de sirena.

Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 18 de Junio de 2010

martes, 8 de junio de 2010

Añoro en Averno

¡Tártaro! tanta mácula y ante el Olimpo te vendes fausto;
sublimas el pecado encolerizando el poderío en tu canon.
Tú cegaste en dilatado placer al penetrar con podre de hiel
aquellos que disuadí y de las fauces de cancerbero comí…


… y mi psique fue cianuro bebido por mi cuerpo impuro.


Rememoro, me entumeciste en este infierno de enclaustro,
a una cuarta me poseíste en aire. Entonces te sentí, Hades.
Mis pestañas heladas auguraban en vano el sitial de artimañas;
mas me halle bajo un libre albedrío sin desmán subyugada…


…que idiota pusilánime, entre cenizas mi sonrisa dislocaba.


Me hundí en inmundicia de almas, esas del río Aqueronte;
y mi cuerpo aferrante a la vida se extasió en pasado, sin nombre.
Pútrida sentí lo que dura una flor de otoño en morir,
sentí el soplo sobre la inmensidad que una noche de enero viví…


…creí respirar la íntegra frescura del mar. Respiraba óbitos.


Averno de Dante, averno mío; pareces estar, y de pronto no.
¡Que musas reflejadas en mis pupilas! las ondas musicales
que de olas florecían, exaltando la penumbra más punzante
de la noche misma; cual fondo de invidente en sus ojos, de día…


…y el firmamento se trastocó en océano; y elevó el navío.


Centellas embelesaron mi vista, hacia ti, luna cautiva;
se describían como flamantes lienzos, aquellas playas benditas.
Aún percibo casi real, esa sonrisa diurna sobrecogida
al revelar de las rocas impetuosas caricias que el mar concedía…


…no apures, tórridas tinieblas, déjame añorar con sutileza.

Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 23 de Febrero de 2010

Cautivador valle

Emanaron agudas como aspergiendo de fulgor
lozanas lágrimas, que a contraluz resbalaban
y por mis mejillas delataban un vestigio de alegría.
Aparecieron como intérpretes señeras pero sutiles,
por vez primera de un alborozo irreprimible.

Mi corazón ansiaba anidarse en mis pupilas,
desasosegado, latía por el deleite que no veía;
parecía vivir lo que mis ojos inverosímil percibían.
Poco a poco me fui anquilosando ante el encanto
que infinito y vasto sobre mi alma se fue posando.

¡Caracas! Esplendorosa ciudad que anonadas expectativas;
despojada del tiempo te viví perpetua, inefable belleza.
Entumeciste todo a mí alrededor implorando atención,
protagonizando esta noche un desboque de delirio y pasión.

Poseí tu colina, esa que inmersa de lobreguez se distinguía,
como un trazo de carbón en un lienzo blanquecino
que aunque ínfimo, colosal abarca los sentidos.

Deploré cada destello; de presencia millones habían;
pude discernir lo trascendental de los seres que te habitan
y tras utopías alucinar la figura de individuos.
Ellos son, y mantienen en arcano sus fantasías.

Tras la pesquisa insaciable de admirar toda pizca
se reveló de tu noreste un sendero altruista;
él, me encauzó entre parpadeos a tu firmamento.
Lo se, pido perdón por desvanecer y colarme en tus vientos.

Troqué mi bálsamo al inhalar de ti la esencia virulenta,
divina, pero tan intensa que vislumbró mi demencia.
Y con el aire ajusté tu cadena. A la negrura te entierras
camuflando la opulenta riqueza de naturaleza.

Te vertí en el calor brioso de mi vientre,
destilando frenesí te amé embriagada de vehemencia,
la misma madrugada que comprendí mi existencia
al ser y hacer mía mi alma de complemento ¡perfecta!


Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 31 de Julio de 2009

Enigma celestial

Niña intimidada en tus labios fenece el tiempo,
suspendes en sumo, latidos de estruendo funesto
e incitas al empíreo a bordar tus sueños furtivos;
cesas el agite inerte del hálito inconsciente
al gozar del ave rapaz de la inmortalidad.

Lo sientes, pero te has pasmado indeleble,
y en tu ijar el aura se vislumbra vehemente
al abominar la desidia que mueve cada idilio.

¡OH Niña! Niña de espíritu, mujer de camino.
¿Por qué doblegas tus tobillos y desistes en el hombrillo?
¿Por qué enajenas tu vida sabiéndola perdida?

Pareces pincelada por el delicado ángel alado,
cuando al desnudar tu alma ante tal existencia
y eximir del pasado tus nocivas vivencias,
reflejas el deleite que ella en ti vierte.

Su voz es un manjar que te hace excluir la gravedad,
es un caudal que suprime de tu piel las impurezas,
es un fino hilo de hielo que toca tu espalda y te estremece en seco,
es el infinito cuyo origen se halla en tu ombligo.

¡OH Niña! Niña de espíritu, mujer de camino.
Reconoce que ante ella tú has sucumbido.

Emerges súbitamente del colapsado Mundo falso;
“te disipas, te anulas, te dispersas, te pierdes”,
eso infieren las embelecadas piltrafas corrientes
que ignoran la veracidad del paraíso preeminente en tu mente,
ese, que ansías compartir y como eje de su vida difundir.

¡OH Niña! Niña de espíritu, mujer de camino.
Ansías amarla y sepultar imposibilidades en un eterno suspiro.

Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 21 de Junio de 2009

Sinfonía ocular

Existen miradas…

Miradas perdidas, afligidas, acongojadas, desterradas y acometidas
danzando en un padecimiento fúnebre de heridas vivas;
se hallan sumergidas y ante su vista el Mundo se disipa.
Incluso de espalda su pesadumbre fatiga cualquier alegría.

Miradas opacas, adustas, iracundas, impenetrables y frígidas
no alcanzan tocar el control y lo sienten recóndito en el empíreo.
Se mantienen por el filo de la inquina desterrando la vida;
socavando la necesidad nociva de destruir fantasías.

Miradas tímidas, frangibles, ensimismadas, sutiles y retraídas
sobrellevan dentro de su obscuridad quimeras incontenibles;
y aunque incapaces son de corporificar e impeler lo sentido,
se alimentan de las esperanzas que se forjan en su hígado.

Miradas luminosas, deleitables, dichosas, diáfanas y castas.
Rocían el motivo con la sutileza que brinda cada suspiro,
acariciando los colores que emanan un acogido regocijo.
Son armonía patente posando en cuadros de ensueños vivientes.

…y otras tantas que andan aflorando de la hondura del alma;
invidentes, logran ver el Mundo más allá de lo que pueden.
Ellos, observan lo imperceptible de cada punto, desmesurado.

Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 3 de Mayo de 2009

Numen

Muchas piezas vagan remotamente por mi cabeza
creando una conjetura que se enmaraña en mis ideas.
Eminente, responsable eres de esta erótica demencia;
mas objetar no puedo, tú dominas todos mis pensamientos.

Veladas solitarias pasaron difusas entre cada penumbra
siendo cómplice indeseable de la ignorancia de tus labios,
idealizándote anonadada tras la simbiosis de mi ventana;
así te idolatraba, omnipresente, omnisapiente
cual luna nueva que en fase oculta todo lo pretende.

Te conservaste inerte en mi conciente por no pertenecerme.

Pido perdón por las saturadas veces que convidaste mis fantasías
en las que impune recorría tu boca con la mía,
esas que me inmolaban al palpar la tangible realidad
puesto que inverosímil te he convertido en mi verdad.

Quiero ser el puente que te lleve a ese mundo sumo,
el prisma que desborde de color tus momentos mas oscuros.
Permíteme tatuar tu cuerpo y mimarlo con caricias y besos;
cobijarte con mis fuerzas cuando sientas sucumbir sin resistencia.
Mi doncella excelsa tan solo pretendo ser tu princesa.

Como Safo a sus discípulas majestuosos poemas atribuía
hoy numen de mis versos cabal te has vuelto
y cual deidad acaparas aflorando mi susceptibilidad
una invectiva entre Venus y mis rimas.

Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 1 de Marzo de 2009

Indeseablemente mía

Hoy sucumbo en tu lecho inoculada de fluido veneno,
deleitada del magistral goce que le brinda tu boca a mis senos,
sofocada por el placer vehemente que dentro de mi se vierte,
desbordada en el humor acuoso nacido en cada uno de tus poros.

Sin sumisiones, con poco detalle, convidas al sanguinario “Ares”
e incitas a Deimos a que continúe esta velada de solaz fúnebre;
porque implorando se promovió este desgraciado encuentro
e implorando, así mismo, debe culminar esta aberración de momento.

Se entrometen muy oportunos en nuestros besos, los recuerdos,
que acentúan mi debilidad y fortalecen tu estadía en el tiempo;
tus amantes, los que hacen a tus sentidos estremecer en sus dedos,
a ellos les tengo aversión por no haber confabulado lo bueno.

Impune aparentas como el silencio tras un grito de guerra,
culpable eres como la sangre, que seca, evidencia al marcial caballero.
Y se puede notar la desidia con la que sostienes mi vida
si al instante te doblegas y reduces el costo de mi cuerpo en venta.

Entonces llega, porque siempre llega ése, el término,
bordando en mi piel la alegría, sin duda, efímera.
Los colores se difuminan ante mi mojada vista
confundiendo el terreno que cabizbaja tanteo…
… buscando tu regreso.

La soledad, tan fría, tan humana, tan mía.

Ana Cristal Raposeiras Taboada
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Este poema fue creado: 2 de Enero de 2009